PRESENTACIÓN
Todo comenzó cuando me pregunté por qué mis abuelos, llegaron al Perú. Mi abuelo materno, el abuelo Manuel salió de Polonia en el año 1932 y llego a América. Al no conseguir la visa para ingresar a Estados Unidos decide ir a Costa Rica, lo cual resulta difícil de entender ya que su hermana Molly vivía en Estados Unidos.
Mi abuela y sus tres niños se quedaron en Tishowbze, Polonia. El abuelo tardo dos años en reunir el dinero necesario para traer a la familia, sin embargo, luego de esos dos años el abuelo decidió ir a Cuba porque en Costa Rica no había mucha comunidad judía.
Para llegar a Cuba tenía que viajar primero a Panamá donde se encontró con un amigo quien le dijo que la comunidad judía era más grande en el Perú, y es así como decide viajar a este país.
La abuela y los tres niños, mi madre de 11 años y mis dos tíos de 8 y 6 años tomaron el tren hacia Italia en Octubre de 1934, donde al llegar vieron por primera vez autos y luz eléctrica. Desde Génova se embarcaron en el buque “Virgilio” rumbo al Callao el 31 de octubre, viaje que demoro 5 semanas.
Por el lado paterno, no tengo casi información, sin embargo, siempre me pregunte por que si mi abuela Raquel tenia a sus tres hermanos y sus familias viviendo en Estados Unidos, ellos tuvieron que llegar primero a El Salvador para luego venir al Perú.
He trabajado varios años al lado de la Porf. Flowers, contando y enseñando sobre el Holocausto a 10,600 alumnos de nuestros colegios, contándoles lo que sucedió en Europa durante los años de la Segunda Guerra Mundial.
Esta presentación es el resultado de la investigación sobre la historia del mundo libre y los aliados; supieron de la matanza de 6 millones de seres humanos, supieron de la solución final para los judíos?
Mi sorpresa fue mayor cuando accidentalmente leí sobre la noche del 20 de febrero de 1939 en la ciudad de NY, cuando 22,000 miembros del Bund Americano, la asociación pro-nazi de Estados Unidos llenaron Madison Square Garden para realizar una manifestación.
Esa noche fue un éxito para el líder del Bund, Fritz Kuhn, quien era conocido como el Hitler Americano. Ellos montaron un escenario con la fotografía del Presidente George Washington de más de 9 metros la cual estaba rodeada de banderas Americanas y banderas Nazis. Luego una tropa de 3,000 hombres, la versión del Bund de las tropas del escuadrón de protección de la SS de Adolf Hitler, marcharon vestidos en los uniformes de la SS con insignias de swastikas, gritando el saludo Nazi y levantando el brazo.
Muchos eran parte de 400,000 alemanes que inmigraron a Estados Unidos entre 1919 y 1933, al final de la Primera Guerra Mundial, cuando la economía alemana había quedado en ruinas. Como anuncio oficial de la manifestación se presento swastika y sobre ella las palabras:
“El verdadero americanismo y los ejercicios de cumpleaños de George Washington”
Investigando sobre la situación en Estados Unidos durante los años 30 y 40 encontré el libro: “The Abandonment of the Jews”, El Abandono de los Judíos escrito por David S. Wyman. Este libro fue publicado en 1984, el cual narra la historia de la respuesta americana al Holocausto. El libro ha tenido siete impresiones de tapa dura (más de 50,000 copias); una edición de bolsillo que vendió más de 48,000 copias; y se publicaron en alemán, francés, hebreo y polaco.
David S. Wyman, nieto de dos ministros protestantes, nació en 1929 en Massachusetts. Estudio historia y se graduó de Harvard con un doctorado en historia. Durante su vida enseño este curso y fue el jefe de estudios judaicos en dos ocasiones.
La profesora Deborah Lipstadt, historiadora americana escribió una vez: “Estoy convencida de que si hubiera habido más cristianos como David Wyman durante las décadas de 1930 y 1940, la historia de este periodo habría sido muy diferente. Me parece uno de los tzadikei umot ha’olam (justo de las naciones).”
El profesor Wyman pasó 15 años investigando y escribiendo “El Abandono de los Judíos”. El a menudo hablaba de lo difícil que era para él, como cristiano, enfrentarse a la evidencia de la escasa respuesta de los estadounidenses a las noticias de Holocausto; a veces “lloraba por días” y tenía que tomarse un descanso de su investigación.
Como el explico “había sido educado con la creencia de que en el corazón del cristianismo esta el precepto de que, cuando la gente necesita ayuda, debe proporcionarla”.
Antes de la publicación de “El Abandono de los Judíos”, la suposición generalizada entre el público estadounidense era que había poco o nada que la administración de Roosevelt podría haber hecho para salvar a los judíos del Holocausto. La meticulosa investigación de profesor Wyman demostró que, de hecho, había muchas maneras en que Estados Unidos podría haber ayudado a los refugiados judíos europeos, sin interferir con el esfuerzo de guerra o socavar las leyes de inmigración de Estados Unidos.
Documentó como el presidente Franklin D. Roosevelt y su Departamento de Estado suprimieron las noticias sobre el Holocausto e ignoraron las oportunidades para rescatar refugiados. “No veremos un mejor libro sobre este tema en nuestra vida”, concluyo el profesor Leonard Dinnerstein. La profesora Hacia Diner escribió que el Abandono “demuele sistemáticamente las excusas a menudo repetidas para la inacción”. Treinta y cuatro años después, “El Abandono de los Judíos” sigue siendo el estándar de oro en su campo.
Europa
Consideremos unos puntos decisivos que marcaron esos años en Europa:
En el verano de 1938, delegados de treinta y dos países se reunieron en el centro turísticos francés de Evían. Durante la reunión de nueve días cada delegado se levanto para expresar su simpatía por los refugiados, sin embargo la gran mayoría de los países, incluidos Estados Unidos y Gran Bretaña, ofrecieron excusas para no permitir el ingreso de más refugiados.
Respondiendo a Evían, el gobierno alemán pudo expresar con gran placer cuan “asombroso” fue que países extranjeros critican a Alemania por su trato a los judíos, pero ninguno de ellos quería abrirles las puertas cuando “la oportunidad se ofreció”.
Entre 1933 y 1941, los nazis tenían como objetivo hacer a Alemania judenrein (limpia de judíos) y les harían la vida tan difícil que se verían obligados a abandonar el país. Para 1938, alrededor de 150,000 judíos alemanes habían huido del país. Después de que Alemania anexó a Austria en marzo de 1938, otros 185,000 judíos fueron sometidos al dominio nazi. Muchos judíos no pudieron encontrar países dispuestos a acogerlos.
A partir de octubre de 1941, a los judíos se les prohibió salir del territorio controlado por los alemanes, hasta ese momento los judíos de Europa podrían haber escapado pero el resto del mundo no los aceptaría. Hitler había ordenado el exterminio sistemático de todos los judíos en las garras nazi, por lo que el 31 de julio de 1941, Herman Goering da la orden de que se planifique la implementación de “la solución final de la cuestión judía en toda Europa nazi. Durante dicha planificación, entre junio y diciembre de 1941, el Einsatzgruppen (escuadrones de la muerte móviles) asesinaron a unos 500,000 judíos en el este de Polonia y Rusia. Los ataques en el territorio ocupado siguieron y hasta 1942, aniquilaron a cerca de 900,000 judíos más.
El 20 de enero de 1942 en Berlín en la conferencia de Wannsee se decide que los judíos de la Europa ocupada sean deportados a la Polonia ocupada y asesinados. Aquí los alemanes habían establecido seis campos de exterminio que funcionaria siete días a la semana veinte y cuatro horas al día.
Estados Unidos
Escribe David S. Wyman que:
“Para matar a los judíos, los nazis estaban dispuestos a debilitar su capacidad para luchar en la guerra, sin embargo, Estados Unidos y sus aliados estaban dispuestos a intentar casi nada para salvarlos. A partir de julio de 1941, las puertas de Estados Unidos estaban casi cerradas..” El Congreso de Estados Unidos estaba decidido a no permitir mayor inmigración al país, lo cual asusto a varias organizaciones de ayuda, las cuales comenzaron a planificar una estrategia para evitar la reducción drástica, siendo probable que esta acción ayudo a preservar el sistema de cuotas y evitar un paro total de la inmigración.
Según Wyman
“El antisemitismo estadounidense, había subido a niveles muy altos a fines de la década de 1930, continuó aumentando en la primera parte de la década de 1940”. “Durante la década anterior a Pearl Harbor, más de cien organizaciones antisemitas habían lanzado propaganda de odio en toda la sociedad estadounidense”
“Las actitudes antisemitas, levantaron barreras muy fuertes para el desarrollo de una política que hubiera permitido salvar a los judíos europeos”.
Sin embargo, la necesidad era crítica: el enemigo principal de Estados Unidos estaba eliminando sistemáticamente a todo un pueblo.
Sí existieron factores importantes en la sociedad estadounidense que crearon el potencial para una respuesta positiva.
Estados Unidos era una nación generosa, una tierra de inmigrantes, dirigida por una administración nacional conocida por sus simpatías humanitarias. La mayoría de los estadounidenses abrazaron el cristianismo, una fe comprometida a ayudar a los desamparados. El país tenía una población judía articulada y organizada que podía desempeñar un papel vital en despertar esas fuerzas positivas.
LA PRENSA,
David S. Wyman profundiza y analiza la actitud de la prensa en esos años
Los autores de la aniquilación intentaron ocultar sus operaciones “.
“Casi desde el principio, las insinuaciones de las matanzas en Rusia por los escuadrones de la muerte llegaron a la prensa judía estadounidense a través de la Agencia Judía Telegráfica, una oficina de noticias con amplios contactos extranjeros. Por ejemplo, en julio de 1941, los diarios judíos de Nueva York revelaron que cientos de civiles judíos habían sido masacrados por soldados nazis en Minsk, Brest-Litovsk, Lvov y otros lugares, todo dentro del primer ataque alemán contra Rusia”.
“A fines de octubre de 1941, apareció un informe similar en un pequeño artículo dentro del New York Times”, junto con más informes de deportaciones de judíos a Polonia desde Eslovaquia, Alemania y otros lugares”.
En mayo de 1942, el Bund Judío del Trabajo en Polonia compiló un resumen de masacres verificadas y logró transmitirlo, junto con una angustiada petición de acción, al gobierno polaco en Londres. La persistencia de dos miembros judíos del Consejo Nacional de Polonia en Londres, obligó a los funcionarios del gobierno británico y estadounidense y a los medios de comunicación a tomar nota. El informe Bund se convirtió en el factor decisivo en el primer avance de las noticias de exterminio”.
La conferencia de prensa del Congreso Judío Mundial (WJC), celebrada en Londres el 29 de junio, generó información adicional. Combinando el informe Bund con otras pruebas recibidas del continente. El WJC estimó que los nazis ya habían matado a más de un millón de judíos, principalmente en Polonia, Lituania, Rusia y Rumania. El Este de Polonia ya se había convertido en “un gran matadero para judíos”.
“Pero pocos periódicos estadounidenses publicaron más que breves avisos en el sentido de que el Congreso Judío Mundial había acusado a los alemanes de matar a más de un millón de judíos
“Y ni Roosevelt ni Churchill, propusieron medidas para rescatar a los judíos viviendo aún en la Europa de Hitler”.
La tendencia a descartar los informes de exterminio surgió principalmente de dos causas. Primero, muchas personas simplemente no podían creerlas. Se negaron a aceptar el hecho de que personas civilizadas cometerían tales actos de barbarie.
Los hechos “son tan horribles que uno puede preguntar si los seres humanos pueden ser degradados a tal brutalidad”.
“es difícil comprender que un ser humano podría caer tan bajo como el alemán contemporáneo, educado por el hitlerismo. Es difícil creer estos hechos y, sin embargo, son ciertos”.
Segundo, solo una cantidad limitada de noticias sobre el asesinato de los judíos europeos llegó al público estadounidense. Los medios de comunicación lo informaron solo esporádicamente y casi siempre sin énfasis. Los periódicos imprimieron relativamente poco del conocimiento disponible y comúnmente lo enterraron en las páginas interiores.
SE CONFIRMA LO MAS TERRIBLE,
Noticias de un telegrama de un representante judío de Suiza:
“Según numerosas informaciones auténticas de Polonia, las autoridades alemanas han evacuado recientemente el gueto de Varsovia y asesinado bestialmente a unos cien mil judíos. Estos asesinatos en masa continúan. Los cadáveres de las víctimas asesinadas se utilizan para la fabricación de jabón y fertilizantes artificiales. Un destino similar está esperando a los judíos deportados a Polonia desde otros territorios ocupados. … solo los pasos energéticos de Estados Unidos pueden detener estas persecuciones…¨
“Las personas que siguieron muy de cerca los desarrollos europeos estaban a punto de armar el rompecabezas del genocidio. La revista de la B’nai B’rith, preguntó en su edición de Octubre, por qué los nazis estaban limpiando a los judíos de Europa occidental y los trasladaban a Polonia. Este paso, mantuvieron los editores, “no tiene sentido, incluso desde el punto de vista nazi”, porque la industria de guerra de Hitler necesita mano de obra en Alemania
En los países ocupados de Europa se está poniendo en práctica una política cuyo objeto declarado es el exterminio de todo un pueblo. Es una política de asesinato sistemático de civiles inocentes que por sus dimensiones, su ferocidad y su organización es única en la historia de la humanidad”.
“… información publicada en Jerusalén incluía una cuenta de edificios de cámaras de gas en Europa del Este y un informe de que los trenes transportaban a adultos y niños judíos” a grandes crematorios en Auschwitz, cerca de Cracovia”. (Aunque el asesinato en masa de judíos en Auschwitz, había estado en marcha desde mediados de 1942, este fue uno de los primeros indicios que llegó al mundo exterior).
“El 24 de noviembre de 1942 marcó un punto de inflexión en la historia del Holocausto. A partir de ese momento, la noticia del plan de Hitler para aniquilar a los judíos estuvo disponible para todos los que quisieran saberlo en el mundo democrático”.
“La declaración de la ONU, firmada por los tres principales aliados y los gobiernos de ocho países ocupados, se emitió el 17 de diciembre de 1942. Apuntó específicamente a la” intención del gobierno alemán de exterminar al pueblo judío en Europa “, y condenó” en los términos más enérgicos la política bestial de exterminio a sangre fría”. Afirmó que” se tomarían las medidas prácticas necesarias “para asegurar que los responsables de los crímenes sean llevados a represalias”.
“Además, comprometió a Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética por primera vez a enjuiciar posteriormente a la guerra a los responsables de crímenes contra los judíos europeos”.
“Cuando se leyó la declaración en la Cámara de los Comunes, todos los presentes se levantaron simultáneamente y se quedaron en silencio durante dos minutos, una manifestación de simpatía reportada como sin precedentes en la historia del Parlamento Inglés”.
“El mayor impacto de principios de 1943 fue otro telegrama que llegó de Suiza, escrito en colaboración con un funcionario de la Agencia Judía para Palestina.
Se reveló una intensificación del asesinato sistemático… Seis mil judíos eran asesinados por día en un solo lugar en Polonia, en Auschwitz, cuatro grandes instalaciones nuevas de cámara de gas entraron en funcionamiento, aumentando la ya alta tasa de asesinatos en masa a una capacidad estimada de 6,000 a 12,000 asesinatos y cremaciones por día.
“Dado que los encargados de formular políticas tanto en el Departamento de Estado como en el gobierno británico vieron el escape de los judíos de una aniquilación segura como una “carga” o un “peligro”, no es sorprendente que consideraran el rescate de los judíos como algo que querían evitar en lugar de luchar a favor.”
“2, 000,000 de judíos en Europa ya han sido asesinados y otros 5, 000,000 de judíos están esperando el mismo destino a menos que se salven de inmediato. Cada día, cada hora, cada minuto que pasa, miles de ellos están siendo exterminados”.
“… la causa más importante para la inacción del Departamento de Estado fue el temor de que un número considerable de judíos pudiera salir del territorio del Eje. Este miedo determinó la respuesta total del Departamento de Estado al Holocausto, así como la respuesta de los británicos. Detrás de este temor surgía el problema que ambos gobiernos consideraban insoluble: ¿dónde se podría poner a las masas de judíos si salían?
Sus propios documentos revelan que la política básica no era el rescate, sino evitarlo.
Cuáles fueron los resultados cuantitativos de la política de inmigración de Estados Unidos en tiempos de guerra? Entre Pearl Harbor y el final de la guerra en Europa, aproximadamente 21,000 refugiados, la mayoría de ellos judíos, ingresaron a los Estados Unidos.
Ese número constituía el 10 por ciento de la cuota de plazas legalmente disponibles para personas de países europeos controlados por el Eje en esos años. Así, el 90 por ciento de esas cuotas, casi 190,000 aperturas, no se utilizaron mientras el asesinato en masa de los judíos europeos seguía su curso.
LOS ALIADOS
“En los últimos meses de 1943, las fuerzas militares aliadas avanzaron, lenta pero constantemente, en todos los frentes.
En noviembre, los rusos tomaron Kiev. Al inicio de 1944, cruzaron la frontera hacia Polonia. En marzo, irrumpirían en Rumania”.
En Italia, la resistencia de Alemania retrasó la captura de Roma hasta principios de junio. Dos desarrollos con ramificaciones importantes para los judíos europeos surgieron de la campaña italiana antes de que terminara 1943. La toma de los campos de aviación de Foggia, que expusieron los objetivos de Europa central y los Balcanes a los bombarderos pesados aliados y pusieron a su alcance las cámaras de gas y los ferrocarriles de Auschwitz.
Desde Inglaterra, grandes flotas de bombarderos estadounidenses y británicos estaban golpeando las fortalezas de Hitler. Mientras tanto, los preparativos continuaron para el tan esperado ataque a través del canal. Los ataques aéreos previos a la invasión en Francia comenzaron ya en enero”.
HUNGRIA
“Hasta 1944, a pesar de las severas restricciones antisemitas, Hungría había permitido que su gran población judía viviera en una apariencia de paz. Incluso había servido como refugio para varios miles de judíos de Polonia y Eslovaquia. Pero el 19 de marzo de 1944, temiendo que Hungría desertaría a los Aliados y enojado por no haber deportado a los judíos a manos nazis, Hitler envió fuerzas de ocupación a esa nación. El organizador de la deportación, Adolf Eichmann, llegó a Budapest poco después y gracias a una amplia colaboración húngara, puso en marcha su operación. A mediados de abril, comenzó la concentración de judíos en ubicaciones centrales. El 15 de mayo comenzaron las deportaciones masivas a Auschwitz. Eichmann había dividido a Hungría en seis zonas geográficas. Planeaba enviar a los judíos a Auschwitz, zona por zona, hasta que se despejaran las áreas provinciales. Entonces Budapest, la última zona, sería vaciada de judíos, completando así la “solución final” en ese país.
“El 25 de junio, el papa Pío XII telegrafió personalmente al jefe de estado húngaro, el regente Miklós Horthy. Poco después, el rey de Suecia, Gustav V, también envió una súplica personal a Horthy, pidiéndole, “en nombre de la humanidad”, que salvara a los judíos restantes “.
Cabe destacar la actitud de “Raoul Wallenberg, uno de los héroes principales en toda la lucha para contrarrestar el Holocausto. El arquitecto y empresario de treinta y un años de edad, miembro de una importante familia diplomática y bancaria sueca, se ofreció a ir a Hungría para hacer lo que pudiera por los judíos allí.
“Poco después de llegar a Budapest, alquiló un edificio, le aplicó el estado extraterritorial sueco y lo usó como refugio seguro para varios cientos de líderes religiosos judíos”
“También persuadió al gobierno sueco para que permitiera a la legación emitir pasaportes especiales de protección para los judíos húngaros. Con el tiempo, juntó varios edificios adicionales bajo la extraterritorialidad sueca y amplió el esquema de pasaportes. Por estos medios, Wallenberg salvó a 20,000 judíos”.
“Durante tres meses de gran inseguridad después de que Horthy cancelara las deportaciones, las condiciones para los judíos de Budapest, aunque malas, les permitieron sobrevivir. Luego, a mediados de octubre, con los rusos a solo cien millas al este de la capital, Horthy apoyò un armisticio con los aliados. Reaccionando rápidamente, los nazis lo obligaron a renunciar como jefe de estado amenazándolo con matar a su hijo. Luego instalaron un régimen títere bajo Ferenc Szálasi y el partido fascista La Cruz de la Flecha. De inmediato, la Cruz de Flecha fervientemente antisemita soltó un reino de terror contra los judíos de Budapest, matando a miles. Durante ese otoño e invierno, estallaron continuamente golpes, saqueos y asesinatos. Durante los últimos dos meses antes de que el Ejército Rojo conquistara la ciudad, La cruz de la flecha mató a más de 10,000 judíos o los dejó en las calles o en las heladas aguas del Danubio.
“El período Szálasi puso a Raoul Wallenberg en sus pruebas más severas. El día después de que la Cruz de la Flecha llegó al poder, su personal de socorro, en su mayoría judío, desapareció por completo. Al día siguiente, los localizó uno por uno y los trasladó a lugares más seguros. Casi al mismo tiempo, el régimen de Szálasi declaró nulos todos los pasaportes de protección. Wallenberg logró que ese fallo se retractara.
Durante los cuatro meses de terror del gobierno de Szálasi, decenas de miles de judíos de Budapest perecieron. Cuando los rusos finalmente capturaron la ciudad, a mediados de febrero de 1945, unos 120,000 judíos seguían vivos. Los judíos de Budapest habían sufrido desastrosamente a manos de la Cruz de la Flecha. Sin embargo, la supervivencia de 120,000 fue un logro significativo bajo las circunstancias. Todos estuvieron al borde del exterminio en julio, y durante el otoño y el invierno fueron atrapados por un gobierno asesino. Las fuerzas del mundo exterior que habían presionado a Horthy en la primavera y las medidas de protección posteriores dentro de Budapest fueron cruciales para salvar a esos 120,000.
“El 17 de enero de 1945, Wallenberg salió de la ciudad para ir a la sede de la ocupación rusa en Debrecen, aparentemente para solicitar ayuda de emergencia para los judíos de Budapest. Nunca se supo más de él.
“El desastre judío húngaro tuvo poco impacto en la nación estadounidense. Las noticias de guerra, especialmente la invasión de Normandía y el rápido viaje a través de Francia, dominaron la atención del público.
EL BOMBARDEO DE AUSHCWITZ
“Una pregunta recurrente desde la Segunda Guerra Mundial ha sido por qué Estados Unidos rechazó las solicitudes para bombardear las cámaras de gas, los crematorios en Auschwitz y los ferrocarriles que conducen a Auschwitz”.
“Tales solicitudes comenzaron a ser numerosas en la primavera de 1944. En ese momento, tres circunstancias se combinaron para hacer que el bombardeo de la maquinaria de la muerte de Auschwitz y los ferrocarriles que los llevaban desde Hungría fueran críticamente importantes y militarmente posibles. A mediados de abril, los nazis comenzaron a concentrar a los judíos de Hungría para deportarlos a Auschwitz. A fines de abril, dos fugitivos de Auschwitz revelaron todos los detalles del asesinato en masa que tiene lugar allí, dejando al descubierto el destino que les espera a los judíos húngaros. Y para mayo, la Decimoquinta Fuerza Aérea estadounidense, que había estado operando desde el sur de Italia desde diciembre de 1943, alcanzó toda su fuerza y comenzó a golpear los complejos industriales del Eje en Europa central y oriental. Por primera vez, los bombarderos aliados podrían atacar Auschwitz, ubicado en la esquina suroeste de Polonia. Las líneas de ferrocarril a Auschwitz desde Hungría también estaban dentro del alcance.
Los dos fugitivos, llegaron a la resistencia judía en Eslovaquia y dieron la alarma de que se estaban preparando en Auschwitz para exterminar a los Judíos húngaros. Ellos dictaron un informe de treinta páginas sobre lo que habían visto en el centro de exterminio durante sus dos años allí. Detallaban el diseño geográfico del campamento, las condiciones internas y las técnicas de gasificación y cremación, y ofrecía un registro estadístico de los meses de matanza sistemática.
La respuesta al informe fue muy desalentadora:
“El Departamento de Guerra es de la opinión que la operación aérea sugerida es impracticable por que podría ejecutarse solo desviando un considerable apoyo aéreo esencial para el éxito de nuestras fuerzas que participan en operaciones decisivas. El Departamento de Guerra aprecia plenamente la importancia humanitaria de la operación sugerida. Sin embargo, después de la debida consideración del problema, se considera que el alivio más efectivo para las víctimas de la persecución del enemigo es la derrota temprana del Eje, una empresa a la que debemos dedicar todos los recursos a nuestra disposición”.
“A mediados de mayo, cuando comenzó la deportación de las provincias orientales de Hungría, los líderes judíos en Budapest enviaron una súplica para bombardear la ruta ferroviaria a Polonia. El mensaje especificaba las ciudades de cruce de Kosice (Kassa) y Presov y la línea de ferrocarril de vía única entre ellas”.
El pedido llegó a Washington, pero no surgió nada”. La “División de Operaciones (OPD), el brazo del Departamento de Guerra encargado de la planificación estratégica y la dirección de las operaciones, falló en contra del bombardeo propuesto, declarando que la sugerencia era “impracticable” porque “solo podía ejecutarse mediante la desviación de un considerable apoyo aéreo esencial para el éxito participación de operaciones decisivas”.
“Las llamadas para bombardear las líneas ferroviarias de deportación continuaron llegando a Washington.
Sostenían que la destrucción de las instalaciones de exterminio, al menos por un tiempo, reduciría considerablemente la matanza. También señaló que Auschwitz podría ser bombardeado junto con un ataque contra Katowice, un importante centro industrial a solo 17 millas del campo de exterminio”.
“A fines de julio, el Comité de Emergencia para salvar al pueblo judío de Europa escribió al presidente Roosevelt pidiendo que se bombardearan los ferrocarriles de deportación y las cámaras de gas. La carta enfatizaba que los ferrocarriles también se usaban para el tráfico militar y que un ataque a Auschwitz podría abrir el camino para que los presos escapen y se unan a las fuerzas de resistencia. Ambas acciones propuestas ayudarían así, no obstaculizarían, el esfuerzo de guerra. Nada salió de este intento.
“No se hicieron más solicitudes para bombardear Auschwitz o las líneas de ferrocarril. Desconocido para el mundo exterior, Himmler a finales de noviembre ordenó la destrucción de la maquinaria de matar. El 27 de enero de 1945, el ejército ruso capturó el campo”.
“A partir de marzo de 1944, los Aliados controlaron los cielos de Europa. Los historiadores oficiales de la Fuerza Aérea de los EE. UU. han declarado que “para el 1 de abril de 1944, la GAF [fuerza aérea alemana] era una fuerza derrotada”.
Desde principios de mayo en adelante, la Decimoquinta Fuerza Aérea, con sede en Italia, tenía el alcance y la capacidad para atacar los objetivos relevantes. De hecho, durante los mismos días de finales de junio en que el Departamento de Guerra rechazó las primeras solicitudes para bombardear ferrocarriles, una flota de bombarderos de la Decimoquinta Fuerza Aérea estaba esperando las condiciones de vuelo adecuadas para atacar las refinerías de petróleo cerca de Auschwitz “.
“No hay duda de que la destrucción de las cámaras de gas y los crematorios habría salvado muchas vidas. El asesinato en masa continuó en Auschwitz hasta que las cámaras de gas cerraron en noviembre. Durante el verano y el otoño, los transportes siguieron llegando desde muchas partes de Europa, llevando a decenas de miles de judíos a la muerte”.
Las solicitudes de bombardeo de Auschwitz no llegaron a Washington hasta julio. Si, en cambio, las primeras súplicas por bombardear las cámaras de gas se hubieran trasladado rápidamente a los Estados Unidos y si hubieran obtenido una respuesta positiva y rápida, el movimiento de los 437,000 judíos que fueron deportados de Hungría a Auschwitz probablemente se habría roto y vidas adicionales que se cuentan por cientos de miles podrían haberse salvado”.
“Es evidente que la explicación del desvío no fue más que una excusa.
RUSIA
David S. Wyman, analiza la política de EEUU, Siendo Rusia la tercera fuerza aliada cabe resaltar:
La Segunda Guerra Mundial es conocida en Rusia como la “Gran Guerra Patriótica”.
Aunque Stalin intentó evitar la guerra con Alemania estableciendo el Pacto de No Agresión Nazi-Soviético en 1939, en 1941 Alemania invadió la Unión Soviética.
El Ejército Rojo detuvo la ofensiva nazi en la batalla de Stalingrado en 1943 y atravesó Europa del Este. Aunque devastada por la guerra, la Unión Soviética emergió del conflicto como una gran potencia.
“La guerra contra la Alemania nazi fue abrumadoramente combatida y ganada por la Unión Soviética…. Los soviéticos perdieron 10 millones de soldados y al menos tantos civiles; según algunas estimaciones, murieron 15 millones de civiles, principalmente por inanición, trabajo forzado y represalias alemanas”.
EL FIN DE LA GUERRA
“La junta de refugiados de guerra, estaba convencida de que las amenazas explícitas de castigo de posguerra para aquellos involucrados en dañar a los judíos podrían contribuir de manera importante a salvar vidas. Para 1944, con Alemania claramente encaminada a la derrota, tales amenazas deberían tener un peso considerable. La junta, planeó crear una campaña de guerra psicológica en torno a una nueva y severa declaración de crímenes de guerra que se obtendría del Presidente. Roosevelt y otros líderes aliados habían emitido varias declaraciones condenando las atrocidades del Eje y prometiendo el castigo de los criminales de guerra en la posguerra.
“En septiembre de 1944 surgieron pedidos de otra advertencia de alto nivel cuando la resistencia polaca informó que los alemanes en retirada tenían la intención de matar a los internos sobrevivientes de los campos de concentración”
“Los esfuerzos para persuadir a los rusos de emitir una declaración paralela a la de Eisenhower fracasaron. Solo en abril de 1945, en los caóticos últimos días de la guerra, los soviéticos se unirían a los estadounidenses y los británicos para advertir que cualquier persona que maltratara a un prisionero de guerra o un interno sería “perseguido y castigado sin piedad¨
“Desde su inicio, la Junta de Refugiados de Guerra se dio cuenta de que un obstáculo importante para el rescate era la falta de lugares a los que los refugiados judíos pudieran ir”.
“Mientras buscaba vacantes en otros lugares, la Junta también presionó por un compromiso estadounidense. Si Estados Unidos abriera sus puertas, estaría disponible un refugio clave, y la junta ganaría influencia para sus intentos de persuadir a otras naciones a hacer lo mismo. Un problema importante fue la fuerte oposición a la inmigración en el Congreso, en el Departamento de Estado y entre gran parte del público estadounidense”.
QUE PODRIA HABERSE HECHO?
“La respuesta de Estados Unidos al Holocausto fue el resultado de la acción y la inacción de muchas personas. En primer plano estaba Franklin D. Roosevelt, cuyos pasos para ayudar a los judíos de Europa fueron muy limitados. Si hubiera querido, podría haber suscitado un respaldo público sustancial para un esfuerzo vital de rescate al hablar sobre el tema. Por lo menos, unas pocas declaraciones contundentes del Presidente habrían sacado las noticias de exterminio de la oscuridad y en los titulares. Pero tenía poco que decir sobre el problema y no dio prioridad alguna para rescatarlo”.
“¿Qué podría haberse hecho? ¿Qué podría haber logrado el gobierno estadounidense si realmente se hubiera comprometido a rescatar? Las posibilidades se redujeron por la determinación de los nazis de acabar con los judíos. Las condiciones de guerra en sí mismas también dificultaron el rescate. Y a mediados de 1942, cuando las noticias claras del asesinato sistemático llegaron a Occidente, dos millones de judíos ya habían sido masacrados y el asesinato avanzaba rápidamente. Lo más probable es que no hubiera sido posible rescatar a millones. Pero sin impedir el esfuerzo de guerra, se podrían haber salvado decenas de miles adicionales, probablemente cientos de miles.
Wyman termina escribiendo sobre una selección de doce programas que podrían haberse establecido. Todos ellos, y otros, fueron propuestos durante el Holocausto”.